sábado, 13 de diciembre de 2014

Cartas literarias y psicológicas

Presentamos ahora algunas de las cartas literarias y psicológicas enviadas, a partir de los documentos y textos entregados por la profesora (Mercedes Laguna).
En primer lugar, una carta de Celia Ferrer, alumna de 1º de Bachillerato C, que actualiza, por un lado el tema de las jarchas, y que, por otro, trata temas afectivos importantes.




 
Querida Victoria:                                                                           30.11.14
Como comprenderás se trata de unos kilómetros muy traidores. Me rompen, me corroen y hacen aislarme de lo demás. Tiro la toalla ¡por qué demonios no le tengo aquí! Y es como presiento que la distancia se acerca, se aproxima y es superior a mis fuerzas. Dijimos que estaremos juntos de la A a la Z y que ambos soportaríamos el peso de todo pero, a la vez, me consumo como una vela; es más, siento decirlo, me acaba resistiendo.

                                     Para seguir leyendo la carta 

------------------------------------------------------------------------------------------------
Respuestas a la carta psicológica del profesor Isidoro Laso

::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::


Carta a mi abuelo 

Me es complicado darme cuenta de que es cierto eso que dicen, te has ido, me cuesta creerlo...
No tenía pensado perder a nadie este año, mucho menos a un abuelo, nunca estaré preparada para esto, nunca será algo fácil.
Siempre quise permanecer optimista, preguntando que cuándo volverías a casa, ignorando la posibilidad de que no volvieras...
Los buenos recuerdos a tu lado se han convertido en aquello que causa mis lágrimas, lo que un día me hizo feliz, hoy se ha convertido en mi lamento.
Es cierto que te quise abuelo, pero poco tiempo te dedicaba... Eras de las personas que nunca me faltaron, y por eso no pensé que pudieras faltarme ahora... Algunas veces estoy bien, otras veces intento estarlo...
Tú fuiste una parte importante de mi vida, y por desgracia hoy me he dado cuenta de que esa parte de mi vida simplemente ya no está...
Te quiero abuelo, o como siempre te llamé: Yayo.

                                                                                        María Piernas